Cuando COVID-19 comenzó a propagarse en Ghana a principios de esta primavera, los colegas de Elisabeth Efua Sutherland comenzaron a reenviar mensajes de audio afirmando que si bebía vinagre de sidra de manzana o se bañaba con un cierto "medicamento milagroso", no contraería el virus.
Mitos como estos, sin evidencia científica o respaldo médico, han estado circulando ampliamente en las redes sociales en Ghana y en otros lugares. Una encuesta reciente indicó que El 50% de lo que saben los ghaneses sobre el coronavirus es desinformación, siendo los principales mitos que rociar alcohol en el cuerpo puede matar el virus y que comer ajo ayuda a prevenir infecciones.
La desinformación puede ser peligrosa, incluso mortal, durante los brotes. En la lucha contra el ébola en la República Democrática del Congo, por ejemplo, muchos no creen que la enfermedad exista o asocian su propagación con los trabajadores de la salud y evitan buscar tratamiento. "Es tanto una crisis de comunicación como una crisis de salud", dijo David Bisimwa, coordinador humanitario de CARE en la República Democrática del Congo, el año pasado.
Si bien el idioma oficial de Ghana es el inglés, casi 80 idiomas se hablan en el país. “Todos estos mensajes [falsos] se enviaron en twi o en otros idiomas locales, y por eso se distribuyen, porque la gente no puede encontrar otras opciones”, dice Elisabeth.