Jacqueline, de XNUMX años, oriunda de Pango y Ambae en Vanuatu, es una joven humilde y honesta.
Jacqueline fue criada por su madre. Su padre los dejó por otra mujer. Crecer con un padre soltero no siempre fue fácil y la abuela de Jacqueline fue un apoyo importante en sus vidas. Más tarde, Jacqueline fue adoptada por una familia con tres niños.
Incluso antes de postularse para el Programa de Liderazgo de Mujeres Jóvenes (YWLP) de CARE, Jacqueline había observado mucha desigualdad de género en su comunidad. Cuando estaba en la escuela, asumió roles de liderazgo, y una cosa que aprendió fue que siempre habría personas que se negarían a escuchar a una líder femenina, siempre habría oposición. Ésta es una experiencia que comparten muchas mujeres y niñas de Vanuatu. Jacqueline rechaza las expectativas sociales desiguales de las mujeres. Ella cree que las mujeres son importantes y capaces de mucho más de lo que se les atribuye.
La abuela de Jacqueline fue su mayor inspiración y motivación. Siempre que siente que la vida es demasiado difícil, recuerda que su abuela decía: "Está bien fallar a veces en la vida, pero no está bien darse por vencido fácilmente". Es gracias a ella que Jacqueline, con un corazón decidido y motivado, terminó la escuela secundaria y buscó oportunidades para empoderarse.
"Está bien fallar a veces en la vida, pero no está bien darse por vencido fácilmente".
Para Jacqueline, ser aceptada en YWLP fue un cambio de juego. Jacqueline cree que ninguna mujer, independientemente de su edad o estado civil, debe subestimarse a sí misma. Ella compartió: "Aunque enfrentamos desafíos todos los días, no debemos darnos por vencidos con demasiada facilidad en convertir nuestros sueños en realidad". En cuanto a aspirar a lograr la igualdad de género en su comunidad, Jacqueline cree que "este no es el final de mi viaje, hay más por venir".
Quiere convertirse en contadora y gerente comercial algún día, incluso tener su propio negocio. Sin embargo, para convertirse en esa versión definitiva de ella, cree que primero debe convertirse en una buena líder.
Jacqueline siente que las palabras de Madeleine Albright capturan su experiencia en YWLP: "Me tomó un tiempo desarrollar mi voz, y ahora que la tengo, no voy a quedarme callada".
Eso es lo que la convierte en una joven líder fuerte y motivada.