Regina, de 21 años, creció en el pueblo de Ekipe en Vanuatu. Cuando era niña, su madre pasaba la mayor parte del tiempo en casa cosiendo y cuidando a Regina y sus cinco hermanos. Su padre, originalmente un capitán de barco, no siempre estuvo presente.
Regina era una chica apasionada, siempre aprendiendo y probando cosas nuevas, como pintar y coser. Asistió a la escuela hasta que quedó embarazada en el año 12. Este fue el comienzo de un período muy desafiante en su vida. En ese momento, pensó: "Este es el final de mi viaje".
Pero no estaba lista para renunciar a sí misma y a su vida como mujer y madre, por lo que en 2019, solicitó el Programa de Liderazgo para Mujeres Jóvenes (YWLP) de CARE. Ella sintió que el programa sería una gran oportunidad para aprender y desarrollar nuevas habilidades. Regina pasó por el proceso de selección y le ofrecieron un lugar. Mientras estaba inscrita en el programa, enseñó en una escuela primaria a través de una pasantía de un mes. Hubo desafíos durante el programa, como el transporte, los costos relacionados y la crianza de su hijo, pero Regina avanzó y se graduó en 2020.
No estaba lista para darse por vencida.
Después de completar el YWLP, comenzó un negocio de costura. Finalmente, y con la ayuda de sus padres, compró una nueva máquina de coser solar. Regina reflexionó: “El padre de mi hijo no estaba. A pesar de que mis padres me hicieron pasar un mal momento cuando se enteraron de que estaba embarazada, nos han apoyado y me han animado a inscribirme en tantos programas como sea posible para aprender nuevas habilidades, de modo que pueda obtener un ingreso para cuidar a mi hijo y a mi familia. . "
Mientras desarrollaba su negocio de costura, Regina se inscribió en Youth Challenge Vanuatu, donde participó en algunos talleres, incluido un curso de informática. También tuvo la oportunidad de realizar dos pasantías. Regina luego se ofreció como voluntaria en la biblioteca pública. Reflexionó sobre este momento: "Era agotador quedarme despierto por la noche y coser, pero tenía que hacer todo lo posible porque el voluntariado no se paga". Añadió: "Estoy feliz de que mis habilidades de costura hayan mejorado y ahora estén en otro nivel".
Gracias al éxito de su negocio, Regina ahora puede mantener a su hijo y a su familia.
A pesar de sus primeras dudas y las dificultades enfrentadas, la retroalimentación positiva de sus padres la ha motivado a ser fuerte, a seguir adelante y a mantenerse enfocada. Y eso es lo que Regina es hoy, aferrándose al cuidado y apoyo de su familia cada día y poniendo todo lo demás en las manos de Dios.
Para todas las mujeres jóvenes, cuya situación es similar a la de Regina, ella anima: “No se rindan y nunca pierdan la esperanza. Tu pasión e interés en hacer lo que te gusta te llevará a ser una gran mujer y a tener éxito en la vida ".