CARE está profundamente preocupado con la propuesta de la administración de expandir las restricciones de la Política de la Ciudad de México a los grupos de ayuda extranjera bajo contrato con el gobierno de los Estados Unidos, que comprende aproximadamente el 40 por ciento de la ayuda mundial para la salud. Esta política coloca una carga indebida sobre los implementadores, los proveedores de atención médica y los pacientes, y genera resultados de salud negativos para las mujeres y las niñas. La promoción de la salud mundial es un tema no partidista y la política estadounidense que rige la asistencia exterior debe reflejar los métodos más basados en la evidencia para poner fin a la muerte prevenible de madres e hijos.
Más de 800 mujeres mueren al día por complicaciones relacionadas con el embarazo, pero si nos aseguramos de que todas las mujeres tengan acceso a la anticoncepción voluntaria, podríamos evitar una de cada cuatro muertes maternas. Cualquier acción que ponga en peligro los recursos necesarios para lograr este objetivo tendrá graves implicaciones para las mujeres, los hombres y las familias a quienes CARE y la comunidad humanitaria internacional sirven.