ícono ícono ícono ícono ícono ícono ícono

Honduras: 'Las mujeres necesitan saber estas cosas'

Retrato de Iris Zavala

Iris Zavala es dueña de un negocio de helados artesanales. Ella ha podido mejorar su fortuna a través de un programa de capacitación y otros recursos. Todas las fotos por Pamela Villars Nehring/CARE Honduras

Iris Zavala es dueña de un negocio de helados artesanales. Ella ha podido mejorar su fortuna a través de un programa de capacitación y otros recursos. Todas las fotos por Pamela Villars Nehring/CARE Honduras

En una cálida mañana de viernes a orillas del lago Yojoa en el norte de Honduras, más de cien personas, en su mayoría mujeres, se reúnen para celebrar.

¿La ocasión? Una especie de ceremonia de graduación. Aquí, junto al único lago de Honduras, unas 114 mujeres empresarias conmemoran la finalización del programa de capacitación “Futuoros Prósperos”. Han mejorado sus habilidades y, esperan, han dado un gran paso hacia mejores ingresos y una mayor independencia financiera. Además, también acaban de recibir capital semilla (a veces semillas reales, pero en otros casos artículos útiles como alimentos para animales y exhibiciones de productos) para invertir en sus negocios.

Iris Zavala es una de las graduadas. “Siempre tuve material emprendedor, simplemente no sabía cómo empezar”, dice esta mujer de 34 años de voz suave, que ofrece una sonrisa fácil mientras sostiene con orgullo su diploma recién obtenido. “Tenía un pequeño negocio de helados que no me daba buenos resultados. Trabajé mucho, pero no vi los beneficios”.

Foto grupal de mujeres mostrando certificados de graduación.
Algunas de las mujeres de Properous Futures muestran con orgullo sus certificados de graduación. Foto: CARE Honduras

Los desafíos golpean más a las mujeres

En este pequeño país centroamericano, las crisis recientes han tenido consecuencias desproporcionadas en los ingresos familiares, particularmente en aquellas familias encabezadas por mujeres. Inmediatamente después de los huracanes Eta e Iota, y luego de la interrupción del COVID-19, la aceleración de la inflación y el aumento del desempleo se han sumado a los desafíos del país, desafíos que a menudo sienten más profundamente las madres solteras y otras mujeres.

Además, las mujeres productoras rurales enfrentan barreras específicas que les impiden formar asociaciones y obtener igualdad de acceso al crédito para iniciar o mejorar negocios. En respuesta, CARE, junto con USAID y Cargill, ofrece una respuesta integral en las zonas más afectadas, enfocada específicamente en la formación de mujeres líderes. Prosperous Futures tiene como objetivo construir una prosperidad verdaderamente inclusiva.

Para Iris, residente de El Achotal, un pequeño pueblo en la zona rural de Santa Cruz de Yojoa, unirse al programa fue clave para hacer crecer su negocio de helados artesanales. Se incorporó a los cursos de capacitación en administración de empresas ofrecidos por Propserous Futures a través del Centro de Desarrollo Empresarial Valle de Sula, socio.

“Aprendí a llevar contabilidad, a hacer mejores compras, a llevar inventario ya ahorrar para reinvertir”, dice. “Fue un cambio total; Empecé a ver los resultados casi de inmediato”. Iris vuelve la mirada hacia su hija de 15 años, que quiere ser dentista, y la observa de lejos. Ella sonríe, sabiendo que ahora está más cerca de lograr sus sueños.

Retrato de Ana María Padilla
Ana María Padilla es propietaria de un negocio de ropa y una pequeña tienda de abarrotes. Foto: CARE Honduras

'No menos que'

Ana María Padilla tiene una historia similar. “Había cursos para mujeres empresarias”, dice esta cruceña de 37 años que ahora es dueña de un negocio de ropa y una pequeña tienda de abarrotes. “Yo no era una en ese momento, pero me gustaba imaginarme como una mujer de negocios, así que fui”.

Junto con la formación empresarial, Prosperous Futures se centra en el empoderamiento de la mujer y la igualdad de trato entre géneros.

“Lo que más me gustó fue cuando me explicaron que las mujeres no son menos que los hombres”, dice Ana María. “Vengo de una familia donde las mujeres solo podíamos dedicarnos al hogar mientras los hombres salían a trabajar. Mi madre no sabía leer ni escribir.

“Siempre creí que necesitaba que mi esposo lo hiciera por mí para convertirme en empresaria”.

Cuando Ana María llegó a su primera capacitación en marketing, supo que estaba en el lugar correcto, “me abrió los ojos”, dice con emoción en su voz. “Ahora, como dueña de mis dos negocios, mi mayor satisfacción es hacer que mi madre se sienta orgullosa de mí”.

Tanto Ana María como Iris ahora son emprendedoras exitosas que comparten sus conocimientos y experiencias con amigos y vecinos en sus comunidades. Como dice Iris, de nuevo sonriendo: “Lo hago porque me di cuenta de que las mujeres necesitan saber estas cosas. Porque hay espacio para que todos prosperemos y, sobre todo, es importante organizarnos, porque eso es lo que nos hace más fuertes”.

Volver arriba