¿La ocasión? Una especie de ceremonia de graduación. Aquí, junto al único lago de Honduras, unas 114 mujeres empresarias conmemoran la finalización del programa de capacitación “Futuoros Prósperos”. Han mejorado sus habilidades y, esperan, han dado un gran paso hacia mejores ingresos y una mayor independencia financiera. Además, también acaban de recibir capital semilla (a veces semillas reales, pero en otros casos artículos útiles como alimentos para animales y exhibiciones de productos) para invertir en sus negocios.
Iris Zavala es una de las graduadas. “Siempre tuve material emprendedor, simplemente no sabía cómo empezar”, dice esta mujer de 34 años de voz suave, que ofrece una sonrisa fácil mientras sostiene con orgullo su diploma recién obtenido. “Tenía un pequeño negocio de helados que no me daba buenos resultados. Trabajé mucho, pero no vi los beneficios”.