Si bien todos en todo el mundo luchan por hacer frente a los devastadores impactos del COVID-19, los riesgos aumentan para los aproximadamente 71 millones de personas del mundo que son desplazadas por la fuerza.
Según el ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, 134 países de acogida de refugiados están reportando transmisión local de COVID-19. Los campamentos y asentamientos de refugiados suelen estar superpoblados, y los refugiados por lo general carecen de acceso a suministros e instalaciones de agua e higiene, lo que puede provocar la propagación del virus.
Un análisis CARE muestra que las mujeres en países que experimentan guerras, pobreza e inestabilidad corren un riesgo aún mayor durante la pandemia de COVID-19. Aumenta la violencia de género y las mujeres se ven obligadas a comer menos o durar, entre otros problemas. A pesar de estos factores, menos de 1% de la financiación humanitaria mundial se destina a actividades de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género.