una elección difícil
En agosto, Yulia tuvo que tomar una decisión.
“Tenía tres opciones. Primero, podía quedarme en casa y enviar a mis hijos a una escuela donde todas las materias se impartieran en ruso. Absolutamente no quería hacer eso. En segundo lugar, si no estaba de acuerdo con la primera opción, habría perdido mis derechos de paternidad y mis hijos habrían sido enviados a un internado en Crimea. Elegí la tercera opción: Arriesgarme y huir al Oeste”.
Las evacuaciones programadas debían reservarse con tres meses de anticipación, por lo que con el dinero que le quedaba, Yulia contrató a un conductor y decidió jugar algo que se conoce localmente como "la ruleta de Vasylivka".
La ciudad de Vasylivka es un puesto de control en la región de Zaporizhzhia donde nadie puede estar seguro de que podrá pasar. Algunos días se dejan pasar doscientos coches, otros sólo cuatro.
Yulia y sus hijos no se llevaron muchas cosas. Sólo algo de comida y algunos artículos esenciales. Para llegar a Vasylivka, pasaron por otros 50 puntos de control, y Yulia estaba aterrorizada cada vez.
“Fuimos examinados en cada parada”, dice Yulia. “Limpié mi teléfono a la configuración predeterminada, porque tenía miedo de que incluso una imagen en la que estamos sonriendo pudiera provocarlos y reducir nuestras posibilidades de éxito”.
Una vez que finalmente llegaron al puesto de control de Vasylivka, tuvieron que esperar cuatro días.
“Teníamos miedo de que nos dispararan en cualquier momento. O que explotaría una bomba”.
“Pero tuvimos suerte”, dice ella. “Lo logramos al otro lado”.
Finalmente sentirse seguro
La familia ahora vive en un refugio semisótano en Lviv.
El refugio fue amueblado y hecho habitable para la joven familia por socios de CARE.
Es oscuro y estrecho, con un mínimo de muebles y artículos de primera necesidad, pero Julia dice: "Ahora por fin me siento segura".
Al igual que para miles de mujeres ucranianas, la vivienda segura les ha brindado a Yulia y a sus hijos la oportunidad de volver a la vida normal nuevamente.
Según una investigación realizada por la organización socia de CARE Centro de Perspectivas de la Mujer, más del 50 % de las mujeres desplazadas internas en Ucrania necesitan una vivienda individual permanente o temporal, y casi el 74 % indicaron que necesitan apoyo financiero.
Yulia perdió su trabajo a causa de la guerra en Ucrania. Trabajó en la corte y como funcionaria, pero no pudo continuar su trabajo en casa. Ahora ha gastado todos sus ahorros y ha aprendido a vivir un día a la vez.
“No hago planes para el futuro. Solo hago lo que da alegría a mis hijos en este momento”, dice Yulia. “Si los niños quieren ver las montañas, los llevo a las montañas. Si quieren ir al zoológico o comer algodón de azúcar, les doy eso”.
La hija menor de Yulia tuvo problemas cuando llegó por primera vez al oeste de Ucrania, pero pudo obtener apoyo psicológico para ayudar.
“Ahora vuelve a sonreír”, dice Yulia mientras observa a su hija continuar con el rompecabezas.