Jolien Veldwijk, directora de país de CARE Siria, habla sobre el duro invierno, que continuará hasta la primera semana de marzo, así como sobre las condiciones de inundación que enfrentan los sirios.
¿Cuál es la situación actual de las personas en Siria durante este invierno?
El sufrimiento de la gente en Siria durante el invierno es inimaginable. Las temperaturas caen muy por debajo del punto de congelación. En el noroeste de Siria, cientos de tiendas de campaña han sido arrastradas por las inundaciones desde diciembre del año pasado. Millones de personas han sido desplazadas internamente en el Noreste y Noroeste del país, la mayoría vive en campamentos y asentamientos informales. Las tiendas de campaña en las que vive la gente son improvisadas y no pueden soportar los fuertes vientos y las lluvias. La vida útil de las carpas no supera un año. Los socios humanitarios informan haber visto personas caminando con camisas rotas y niños en chancletas. Las personas pueden ver su propia respiración cuando están acostadas en sus delgados colchones en el suelo frío de sus tiendas. Uno de los socios sirios de CARE informó que cada tercera persona conoce a alguien que murió o se enfermó a causa del frío. Especialmente aquellos con condiciones de salud preexistentes están luchando. Los problemas de resfriado y respiratorios están aumentando y extendiéndose, por no hablar de la amenaza de COVID-19 en campamentos superpoblados sin suficiente atención médica. La mayoría de las personas desplazadas informan que no pueden permitirse comprar máscaras u otras formas de protegerse contra enfermedades contagiosas. Los alimentos, las medicinas y el agua potable son inasequibles. Las personas desplazadas han recurrido a la quema de ropa, llantas y otros materiales peligrosos, lo que tiene como resultado impactos ambientales peligrosos. En algunos campamentos, se han producido incendios y la gente ha sufrido asfixia.