Fuerza en los números
A pesar de la adversidad reciente, los miembros de la cooperativa ahora están experimentando días más brillantes. Para estos productores independientes, el simple hecho de agruparse les ha brindado un acceso más fácil a los mercados, precios de insumos negociados más bajos, representación legal, asistencia regulatoria y economías de escala. La sofisticación de esta operación da fe de este último punto. En un sitio, la asociación administra la cría, el tratamiento hormonal (para asegurar que los peces machos crezcan más) y varios estanques de crecimiento grandes. También construyeron recientemente un almacén cercano para almacenar alimentos para los peces.
La capacidad de vender como grupo, en lugar de individuos con mucho menos poder de mercado, ha ayudado a proporcionar ingresos estables e independientes a los productores.
“Alimentamos a los peces”, dice Magdalena. “Cuidamos de ellos por la noche. Es un trabajo de 24 horas al día, 7 días a la semana. Lo hacemos, y estamos demostrando que las mujeres podemos hacerlo; somos capaces”.
No mucho sobre el medio ambiente puede llamarse "fácil". En América Central, los precios de los piensos están aumentando y los precios del combustible han subido hasta un 40 %, impulsados por el conflicto en Ucrania. Esto ha resultado en un menor volumen de producción para muchas organizaciones agrícolas y una reducción de los ingresos en los hogares de pequeños productores. Según la Organización Panamericana de la Salud, la prevalencia del hambre en la región es la más alta de los últimos 15 años.
Mientras tanto, tampoco mucho sobre el entorno para las mujeres puede llamarse "fácil". Magdalena llama a la cultura “machista”, pero dice que su dinámica familiar ha cambiado debido a las sesiones de capacitación sobre igualdad de género a las que han asistido tanto ella como su esposo.
“Hay beneficios, porque en mi casa ha habido cambios positivos. Sé que hay mucho trabajo por hacer, pero sé que, poco a poco, se va avanzando”.