Más de 4.6 millones de personas han huido de Venezuela debido a la hiperinflación y la escasez de alimentos, agua y electricidad, según las últimas cifras de la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Quienes permanecen en el país enfrentan un sistema de salud en ruinas y escasez de necesidades básicas.
La mayoría de los migrantes que se han visto obligados a huir se están reubicando en países vecinos, incluidos Colombia, Ecuador y Perú, donde su futuro es incierto debido a los cambios en las regulaciones gubernamentales, la xenofobia y las altas tasas de desempleo. Según estimaciones, el 90% de los venezolanos vive por debajo del umbral de pobreza.
El abuso y la explotación de mujeres y niñas que emigran de Venezuela ha alcanzado niveles alarmantes. Un análisis de la frontera entre Venezuela y Colombia encontraron indicios preocupantes de violencia sexual perpetrada contra mujeres y niñas en los cruces fronterizos informales. Se enfrentan a un riesgo extremadamente alto de abuso, explotación, tráfico y ser obligados a tener relaciones sexuales transaccionales como medio de supervivencia.