El sur de Darfur es uno de los lugares más difíciles del mundo para los trabajadores de la salud. Los equipos de CARE Sudán están operando bajo una presión extrema y circunstancias peligrosas para continuar brindando servicios críticos de salud y nutrición que salvan vidas a la población necesitada.
En este momento, CARE Sudán administra 14 centros de salud, instalaciones de nutrición y dos centros de estabilización en Nyala, Kass, Jebel Marra y Bileil. CARE Sudán trabaja a través del personal del Ministerio de Salud del Estado y los líderes comunitarios para garantizar que se brinden servicios de salud, a pesar del conflicto en curso.
“Mi hija se enfermó de tos y de fiebre”, dice Amana, de 36 años. “No estaba seguro de qué hacer ya que muchas de las clínicas en Kass Kabeer estaban cerradas debido a la guerra. Un vecino me informó que el Centro de Salud Materno Infantil de CARE en el barrio de Al Khafah está operativo. El asistente médico examinó a mi hija y le dio algunos medicamentos gratis. Estaba tan feliz por eso, porque no tenía dinero”.
“Ahora mi hija está bien y comenzó a jugar con sus hermanos y hermanas nuevamente”.
“Mi hijo sufre de desnutrición”, dice Fátima, de 30 años. “Solía llevarlo a recibir atención médica y alimentación terapéutica en la clínica CARE Sudán en Al Salam Internally Displaced People (IDP). Cuando estalló la guerra, agradecí que la clínica siguiera funcionando. Traigo a mi hijo todas las semanas para que la enfermera lo examine y verifique que haya subido de peso”.
A pesar de estos esfuerzos, los problemas persisten.