La situación es terrible para las 755,000 personas en 10 estados, incluidas partes de Kordofán, Nilo Azul, Al Jazirah y Jartum, y toda la región de Darfur, que sufren hambre.
La reciente escalada de violencia en Sinnar y Sinjah ha provocado una afluencia de personas desplazadas a regiones vecinas como Gadarif, Nueva Halfa y Kassala. Muchos de los que llegan han sido desplazados varias veces desde que comenzó el conflicto en abril de 2023.
“También pedimos a las partes en el conflicto de Sudán que vuelvan a la mesa de negociaciones y pongan fin a este conflicto”, prosiguió Abdirahman Ali.
"Ésta es la única manera de garantizar la seguridad de las personas que viven en Sudán y también de garantizar un acceso ilimitado y sin obstáculos a los actores humanitarios que trabajan en todas las zonas de Sudán".
Tan solo en las últimas semanas, CARE en Sudán y sus socios han intensificado sus esfuerzos para apoyar a los recién desplazados, y más de 6,000 desplazados internos en Kassala recibieron raciones de alimentos de emergencia, incluidos sorgo, aceite de cocina, sal y lentejas.
En Darfur Oriental, la reciente iniciativa de CARE ha llegado a 1,303 niños con raciones de alimentos. Sin embargo, las necesidades siguen siendo enormes y la asistencia alimentaria vital es crucial para evitar lo que podría convertirse en la mayor hambruna en décadas.