María trabaja como directora de proyectos para una ONG en Lviv, Ucrania, una ciudad a unas 40 millas de la frontera con Polonia. Pero también participa en una iniciativa dirigida por estudiantes para entregar cajas de ayuda humanitaria a las personas en las áreas de Ucrania más afectadas por los combates.
Junto con otros 14 conductores, los estudiantes arriesgan sus vidas para entregar alimentos, agua potable, medicamentos, productos de higiene y otras necesidades diarias a las personas necesitadas.
“Planeamos para que nunca tengamos un automóvil vacío”, explica Bohdan, de 25 años, estudiante de derecho en Lviv que también forma parte de la iniciativa. En su camino a las áreas con enfrentamientos activos, los estudiantes traen cajas de artículos de primera necesidad y, en su camino de regreso, traen familias, mascotas y documentos importantes que las personas dejaron atrás cuando estaban obligado a huir a toda prisa.
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Conducir hacia el peligro
Hace seis meses, cuando la guerra se intensificó por primera vez, la iniciativa liderada por estudiantes necesitó tres días para organizarse. Pero luego, el 27 de febrero, los primeros conductores se pusieron al volante y se dirigieron a Kyiv para evacuar a las dos primeras familias. Ahora conducen a ciudades en Kharkiv, Kherson, Donetsk, Dnipropetrosvsk, Mykolaiv y Odesa, áreas muy afectadas y muy peligrosas.
Debido a la guerra, es más difícil para los hombres salir de Ucrania, pero como mujer, a María se le permite cruzar la frontera a Polonia, donde recoge la ayuda humanitaria y la lleva de regreso a Lviv. Allí, Bohdan lo divide en cajas y se las lleva a las personas que están completamente cortado de suministros.
“Aprendemos de cada viaje. Primero, ni siquiera trajimos una llanta de refacción”.
“No teníamos ninguna experiencia con esto”, explica Bohdan. “Ahora estamos mejor preparados”.
Al principio, Bohdan tampoco usaba chalecos antibalas porque los encontraba pesados e incómodos. Donde normalmente estudian derecho e historia, se sientan durante horas en bibliotecas y se preocupan por el próximo examen, ahora planean viajes a algunos de los lugares más peligrosos de un país en conflicto.
En un viaje de Lviv a Kyiv, los estudiantes tenían un automóvil completamente destruido. Para evitar un desvío, habían tomado una ruta más peligrosa. Los conductores sobrevivieron, apenas.
“Tenemos listas y planes muy completos y detallados ahora. Queremos ahorrar el mayor tiempo posible y ser lo más precisos posible”, explica María. Un paso en falso y los conductores se enfrentan a riesgos que amenazan la vida.
“Una hora importa. Llegué a Mykolaiv a las 8:00 am y salí media hora después. A las 9:30 explotó una bomba exactamente en el mismo lugar en el que yo estaba”, recuerda Bohdan.