Es impactante ver la devastación total causada por las inundaciones en mi país. Más de 33 millones de personas se ven afectadas, un número enorme para entender.
Fui a una de las áreas más afectadas de la provincia de Baluchistán cuando las inundaciones estaban en su apogeo y parecía un mar interior gigante. Caminamos con el agua hasta las rodillas para llegar a uno de los sitios de distribución de CARE y la destrucción estaba por todas partes. Podías ver los restos de la vida de las personas flotando: mantas, almohadas, sillas rotas y otros artículos domésticos. Vi una pequeña muñeca en el agua de la inundación en un momento, pero no podía soportar pensar en lo que pudo haberle pasado a la niña que solía jugar con ella.
La desesperación era evidente a cada paso.
En el punto álgido de las inundaciones, vi a hombres y mujeres adultos llorando en las calles, llorando por sus seres queridos perdidos y por los hogares y los medios de subsistencia tragados por las furiosas inundaciones. La desesperación era evidente a cada paso.