Resumen Ejecutivo
Más de un año después de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), con algunos países aparentemente saliendo de la crisis mientras que otros entran en nuevas oleadas, la evidencia de su impacto es cada vez mayor. COVID-19 está aumentando las necesidades humanitarias a corto plazo y afectando negativamente los resultados a más largo plazo para las poblaciones marginadas y las personas en situaciones vulnerables, retrasando significativamente los avances en desarrollo logrados con tanto esfuerzo, magnificando las desigualdades y agravando los riesgos. Entre los más afectados se encuentran los más de 80 millones de personas en todo el mundo, aproximadamente la mitad de las cuales son mujeres y niñas, que han sido desplazadas a la fuerza por conductores como persecución, conflicto, violencia generalizada o violaciones de derechos humanos.
La mayoría de las personas desplazadas por la fuerza viven en países de escasos recursos con sistemas de protección social y de salud pública débiles, y economías que se han visto gravemente afectadas por la pandemia. Sin embargo, hasta la fecha, solo se han realizado investigaciones limitadas sobre las formas únicas en que las mujeres y las niñas en movimiento se ven afectadas. Esto a pesar de las predicciones de impactos significativos en el acceso y uso de los servicios básicos de salud, incluida la salud sexual y reproductiva (SSR), y el entorno de protección general, incluidos los aumentos en la prevalencia y el riesgo de violencia de género (VBG).
Colocando el género en el centro de sus respuestas humanitarias y de desarrollo, CARE llevó a cabo una nueva investigación en Afganistán, Ecuador y Turquía entre abril y mayo de 2021 para comprender mejor cómo el COVID-19 está afectando la salud y la protección de mujeres y niñas en movimiento. Los tres países representan diferentes tipos de desplazamiento forzado en múltiples regiones: desplazados internos (PDI) y refugiados retornados en Afganistán; migrantes y refugiados más recientes debido a la crisis venezolana en Ecuador; y refugiados sirios a más largo plazo que viven bajo protección internacional temporal en Turquía. Los datos primarios recopilados para esta investigación incluyeron más de 1,000 encuestas con mujeres en movimiento y de las comunidades de acogida, para permitir la comparación; 31 discusiones de grupos focales (DGF) con mujeres y niñas adolescentes; y 45 entrevistas con informantes clave (KII) con actores gubernamentales, proveedores de servicios de salud y protección, organizaciones humanitarias y personal de CARE.