Para parejas como Alphonsine y Augustin, ha habido un cambio importante en su relación: en lugar de que Alphonsine esté confinada en la casa y peleándose con su esposo por el dinero o la propiedad, ahora trabajan juntos frente a desafíos como la sequía y el aumento de los alimentos. costos
“Solíamos tener conflictos relacionados con la propiedad”, cuenta Alphonsine.
“Mi esposo ahora me permite salir a trabajar porque se dio cuenta de la contribución que puedo hacer en casa. Mis ingresos cambiaron porque ahora puedo participar en actividades generadoras de ingresos a diferencia de antes”.
Ella estima que los ingresos de su familia han aumentado alrededor de un 40%.
Augustin comparte cómo el entrenamiento de las parejas a las que se unieron hace cuatro años ha influido en la planificación de las comidas de su familia.
“No hemos reducido lo que solíamos comer, sino que establecimos un acuerdo con mi esposa para que cada uno contribuya a los costos de alimentos. Por lo general, contribuyo con los costos del almuerzo y los costos de la cena de mi esposa”.
El aumento de los precios de los alimentos significa que han tenido que reducir la cantidad de carne que comen, pero Alphonsine aún puede comer su comida favorita, papas irlandesas, todos los días.
4. Abordar las causas fundamentales de la violencia basada en género ayuda a que todos coman más
Cuando hombres como Augustin trabajan con sus esposas como socios iguales, es menos probable que consideren aceptable la violencia. Su hogar también tiene más probabilidades de producir más alimentos.
Las familias de Gitega en Burundi duplicaron su producción de arroz cuando la capacitación agrícola incluyó un enfoque intenso en la igualdad de género. Estos mayores rendimientos significaron que las mujeres no solo tenían suficiente para comer en casa, sino que también podían vender arroz a otros para que hubiera más alimentos disponibles para todos en la comunidad.
Al mismo tiempo, también se duplicó la proporción de hombres involucrados en el proyecto que creen que la violencia doméstica nunca es aceptable, lo que demuestra una vez más que promover la igualdad de género hace que las mujeres estén más seguras y sea menos probable que pasen hambre.