Sobre la crisis de Yemen
La crisis humanitaria en Yemen sigue siendo el peor del mundo. Seis años de intenso conflicto y grave declive económico, combinados con la hambruna y el cólera recientes, han puesto al 66 por ciento de la población (20.7 millones de personas) en necesidad de algún tipo de asistencia. Esta terrible situación se ha visto agravada por la pandemia de COVID-19.
Según la ONU, más de 200,000 personas han muerto desde 2015 por los combates, la desnutrición, las enfermedades y la falta de servicios básicos debido a la guerra. Más de 4 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares para buscar refugio de las enfermedades y la violencia.
Las mujeres y los niños ya están muriendo de desnutrición en Yemen, y la situación podría empeorar mucho: 3.2 millones de personas necesitan tratamiento para la desnutrición aguda, incluidos 2 millones de niños menores de 5 años. Hay alrededor de 1.1 millones de mujeres embarazadas y lactantes desnutridas, y más de 3.25 millones de mujeres en Yemen se enfrentan a mayores riesgos de salud y protección.
Además de esto, hubo 344,000 casos sospechosos de cólera y 621 muertes en 2019. Del total de casos, el 22 por ciento fueron niños menores de 5 años.
La guerra en Yemen está teniendo un impacto desproporcionado en las mujeres y niñas yemeníes, quienes están expuestos a un mayor riesgo de violencia, explotación y abuso mientras tienen más dificultades para acceder a la atención médica básica, incluida la salud materna e infantil. El hambre y la hambruna son el resultado directo de la guerra y solo pueden eliminarse por completo poniendo fin al conflicto.